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Capítulo 351
Desde que recibí la llamada de Alejandro, de vez en cuando me encontraba siguiendo las noticias sobre Chiara.
Aunque había dicho que no me importaba, en mi corazón, no era del todo cierto.
Muchos medios incluso habían ido a fotografiarla en secreto, Chiara lucía pálida, había perdido bastante peso, y no lucía tan radiante como antes.
Con policías vigilando la puerta, apenas podía salir a caminar libremente.
La compensación exigida por la plataforma ascendió a millones, sin mencionar otros tipos de compensaciones. Supuse que Jonathan también estaba agobiado.
Alejandro me había enviado varios mensajes por WhatsApp y no le respondí ninguno, con cada día que pasaba me sentía peor.
Me mantuve ocupada trabajando y estudiando seriamente, de lo contrario, me ponía a divagar.
Cuando no podía dormir, empezaba a aprender idiomas pequeños, pensando que cuantas más habilidades, mejor, quizás en el futuro podría irme a otro país.
Una semana después de vivir así, Alicia finalmente estalló.
“¡Basta de memorizar palabras, a quién piensas matar de trabajo? ¿Francés? ¿Qué, vas a ir a Francia a comer baguetes? Iris, ¿no podríamos simplemente ser como pequeñas larvas despreocupadas? Levántate de una vez, estás en la flor de la juventud, ¿podrías dejar de matarme de estrés?”
Ella me levantó a la fuerza y me cambió de ropa.
“Hoy es sábado, he quedado con Violeta para ir de compras, quiere comprar un regalo.”
“¿Un regalo? ¿Para un hombre?”
Al oír el chisme, mis ojos se iluminaron.
Definitivamente, aparte del dinero, solo el chisme puede despertar el interés de las
mujeres.
“Por supuesto, si no vamos, perderemos la oportunidad de criticarla, ¡rápido!”
Casi fui empujada para salir de la escuela.
Cuando llegamos al centro comercial, Violeta ya estaba eligiendo algunas cosas en la joyería.
“Violeta, ¿por que tanta generosidad? ¿A qué hombre le vas a regalar joyas?” Pregunté rodeándola por el cuello, pero ella rápidamente sacudió mi mano.
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Capitulo 351
“¿Un hombre no puede tener joyas? ¿Qué clase de pensamiento anticuado es ese? Además, solo estoy mirando.”
Al ver los gemelos y el broche de corbata en su mano, entrecerré los ojos.
“Estos tienen un estilo muy joven, ay, qué mujer grande difícil de retener.”
“Exacto, esto solo se lo regalarías a un hombre de veintitantos, ¿no? Violeta, ¡Si que tienes dinero!”
Alicia también se acercó, sorprendida por el precio de los gemelos.
“Es para un amigo, no es para él.” Respondió sonrojándose de repente.
“Ayer Alejandro me dijo que esta tienda tenía este broche de corbata, en el país están agotados, aquí puedo comprarlo de segunda mano, un poco más barato.”
Al mirar el diseño del broche de corbata, pensé que realmente le quedaría bien a Alejandro.
“Sí, de hecho… le quedaría bien a Alejandro.”
“Alejandro, oh Alejandro, qué suertudo.”
Viendo mi expresión de disfrutar la desgracia ajena, Alicia de repente tuvo una mala idea.
“¿Envidia?”
Al escucharla asentí rápidamente, “Sí, envidia pura.”
Ella sacó una tarjeta negra de forma misteriosa, diciendo, “Elige lo que quieras, usa la tarjeta de mi hermano.”
Extendí la mano instintivamente, pero la retiré de inmediato.
¿Cómo podría usar el dinero de Félix?
“Él me la dio, dijo que te llevara de compras, gasta lo que quieras.” Dijo metiéndome la tarjeta en la mano.
“¿Acaso estás loca? ¡Por qué no piensas un poco!” Dije devolviéndola a su bolso.
“¿No conoces mi situación? ¿Acaso quieres que tu hermano quede viudo?”
“Además… esto…”
Me di la vuelta, justo frente al escaparate de los collares.
En ese momento casi me quedo sin aliento.
Alicia continuó preguntando: “¿Qué, qué? ¿Es muy bonito, no? ¡Cómpralo!”
Ella me golpeó el hombro, pero yo no pude decir una palabra por un largo rato.
Ese era mi collar, el collar de mi abuela.