Capítulo 284
Capitulo 284: ¿Cómo Sablas de este Diseño?
La sutil muestra de emoción no pasó desapercibida para don Raúl, avivando aún más su sentimiento. de culpa. Con la mirada titubeante, confesó con remordimiento.
-Fue sin querer… lo dañé.
El evitar el contacto visual con Valentina solo hizo más evidente su pesar. Ante la visible decepción ent los ojos de ella. Valentina, movida por un impulso compasivo, se ofreció.
-¿Podría intentar arreglarlo?
La sorpresa de don Raul fue evidente, pero rápidamente accedió.
-Si, claro que si.
Tras consultar que materiales necesitaria Valentina, don Raúl llamó a Paloma para que los preparara. En poco tiempo, Valentina ya tenia aguja e hilo en manos.
Aunque sabia diseñar, dudaba de su habilidad para reparar; sin embargo, al tener los materiales consigo, como por arte de magia, un plan de reparación se formó en su mente.
Valentina descolgó el traje y uso el escritorio de la habitación Mesa de trabajo. La selección del
hilo, la combinación de colores, el enhebrado, cada puntada que daba en el traje era realizada con una concentración absoluta, como si el mundo exterior hubiese desaparecido, quedando solo ella y la
prenda entre sus manos.
Don Raúl desde su lugar, observaba en silencio el meticuloso trabajo de Valentina, capturado por cada
movimiento de sus manos.
Pero no era solo don Raúl quien observaba; Aitana también estaba pendiente desde las cámaras de seguridad. Valentina había llegado, tal como esperaba. Le sorprendió que su primera acción fuera buscar a don Raúl Text © 2024 NôvelDrama.Org.
Aitana sentia una alerta especial ante la interacción entre Valentina y don Raúl, viendo cómo ella tomaba el traje dañado por don Raúl para arreglarlo, Altana no pudo evitar un desdén interno, pensando, ¿qué más da si lo repara? Un traje ya dañado, por más que se arregle, el lider del Grupo Valenzuela jamás volvería a ponerselo.
Mientras Valentina se enfocaba cada vez más en su tarea, Aitana recibió una llamada de un número
desconocido.
Sin dudarlo, contestó y, bajando la voz, saludó con un «Mamá, Era Alicia al teléfono. Antes de su partida, habían acordado que, aunque oficialmente Alicia estaba de viaje para «distraerse», en realidad se estaba escondiendo para evitar que indagaran sobre cierto accidente. Esta precaución resultó ser acertada.
Mamá, mantente oculta por ahora. Hoy es el cumpleaños de don Raul, y ya ha preparado su testamento. Una vez me convierta en la heredera del Grupo Valenzuela y solidifique mi posición, te traere de vuelta para que vivamos bien, -dijo Allana con confianza.
La razón por la que Alicia no podia aparecer tenía también que ver con la aún inestable posición de Aitana. A pesar de llevar la sangre de Alicia en sus venas, cualquier error podría desbaratar todos sus
planes.
Alicia comprendia perfectamente esto y le dijo a Altana,
-No te preocupes por mi, lo importante es que consigas lo que deseas, aunque eso signifique que yo deba permanecer oculta el resto de mi vida, lo haré de todo corazón.
Lo que más importaba era que su hija pudiera obtener todo lo que le pertenecia a la hija de Estrella. Eso le daba paz.
Después de compartir palabras más personales, al colgar el teléfono, Aitana volvió a mirar las cámaras de seguridad, sorprendiéndose al ver que Valentina ya habla terminado de reparar el traje.
-¿Qué le parece, quedó satisfecho?
Valentina guardó la aguja y el hilo y colgó el traje de vuelta en su lugar. Habia bordado un diseño con hilo negro en el área dañada, tan bien hecho que a simple vista no se notaba el arreglo. Solo al mirarlo de cerca se apreciaba la delicadeza del diseño, pareciendo más un adorno original del traje que una reparación.
Valentina estaba satisfecha con su trabajo y miró a don Raúl, esperando su aprobación. Don Raúl también parecía complacido, pero al fijarse en el diseño bordado, su expresión cambió.
Examinó el bordado desde varios ángulos, como si tratara de confirmar algo, y luego, levantando la vista hacia Valentina, le preguntó casi en tono de acusación.
-¿Cómo sabias de este diseño? -Su mirada hacia Valentina estaba llena de desconcierto.
Valentina se quedó un poco atónita, mirando el diseño que habla bordado. ¿Por qué ese diseño? No tenía idea. Ni siquiera estaba segura de cómo se le habla ocurrido mientras lo bordaba, como si simplemente hubiera surgido espontáneamente.
¿Vas a decir algo? -Don Raúl la apremió, claramente cada vez más agitado. Pero Valentina no sabia qué responder.
En otro cuarto, Aitana, al oir la palabra «diseño» desde el monitor, ya habla deducido de qué se trataba. De inmediato, salió de la habitación.
Valentina, enfrentando la mirada cada vez más intensa de don Raúl, intentaba recordar el origen del
diseño.
Justo entonces, se escuchó un golpe en la puerta, y algulen la abrió. Valentina vio que era Aitana y
frunció el ceño levemente. Pero la mirada de Aitana estaba fija en don Raúl; asomó primero la cabeza, y luego, con actitud coqueta, se lanzó hacia él.
Abuelito, pensé que ya hablas salido. Hay muchos invitados hoy, ¿quieres que te lleve a ver?
Aitana tenia un talento natural para actuar inocente, como si ella no hubiera estado vigilando todo lo que sucedia dentro de la habitación.
Al notar la seriedad en el rostro de don Raúl y la tensión en el ambiente, mostró preocupación.
-¿Qué pasa, abuelito? ¿Ocurrió algo? -Su mirada se desvió hacia Valentina, como si apenas notara su presencia-. ¡Oh! Valen, también viniste? Esta mañana mi hermano dijo que no vendrías, me puse tan triste, pero ahora que estás aqui, me alegra mucho.
De todo lo que dijo, solo el último comentario reflejaba su sinceridad. La presencia de Valentina le permitiria ser testigo de cómo lo que originalmente le pertenecía era arrebatado por ella misma. Sin embargo, antes de disfrutar de esa victoria, tenia que resolver la crisis que se presentaba ante ella.
Valentina instintivamente prefería ignorar a Aitana. Al ver que ni Valentina ni don Raúl decian nada, Aitana dirigió su mirada hacia el traje colgado en el armario.
Aunque el diseño bordado en el rincón del traje no era obvio, Aitana lo reconoció de inmediato. Fue gracias a ese diseño que inicialmente capturó la atención de don Raúl y lo llevó a sospechar sobre su
origen.
Tia Ariadna le había dicho que esa insignia era un tesoro para Estrella. Nunca imaginó que el diseño de la insignia aparecería en ese traje. ¿Valentina lo recordaba? Pero incluso si lo recordaba, mientras Valentina no entendiera el significado del diseño, no cambiaría nada.
-Vaya, este diseño ¿Valen lo bordó? Tienes buena memoria, recordar un diseño que viste en mi hace años y usarlo ahora en este traje, realmente le queda bien, es discreto pero elegante…
Los elogios de Aitana eran constantes, proporcionando una explicación sutil sobre cómo Valentina podría conocer el diseño.