Capítulo 168
Capítulo 168
A lo largo de los años, ni en el trato con la gente ni en el mundo de los negocios, los padres de Lucrecia lograron cultivar suficientes conexiones y recursos. Les gustaba escuchar halagos, pero les desagradaba tratar con quienes realmente se esforzaban y trabajaban duro.
Después de todo, tenían el respaldo de la familia Mangone y también contaban con dos sobrinos de apellido Mangone. Pero ahora, ni siquiera los sobrinos podian asegurar su propla estabilidad, mucho menos preocuparse por sus tios. La mansión más grande de la familia de Lucrecia ya estaba hipotecada.
Una vez que el abuelo Pablo falleciera… Lucrecia recordaba fragmentos de su infancia. Por supuesto, no volverian a caer en la miseria, pero mantener su actual esplendor seria dificil. Sus vestidos de alta costura y joyas, la enorme casa, podrían desaparecer de la noche a la mañana. Beatriz podria intentar ganar dinero rápidamente en el mundo del entretenimiento. Lucrecia, con sus estudios constantemente interrumpidos, ni siquiera podría aspirar a un trabajo bien remunerado. Claro, jamás consideraria trabajar, sus amigos se burlarian de ella.
Beatriz ni siquiera se daba cuenta de cómo sus palabras hablan herido tanto a Lucrecia como a Camila. Después de que Beatriz regresara a su habitación, Lucrecia no pudo evitar llorar: “Tia, cuando mi tio tenía influencia, deberías haberlo presionado para que Javier se casara conmigo.” Camila se mostraba impaciente. No era que no lo hubiera intentado. Pero Javier siempre se negaba, argumentando que veía a Lucrecia como a una mayor. Aunque Lucrecia fuera mayor en rango, era más joven que Javier. Él no queria casarse, y ni Camila ni el abuelo Pablo podian forzar a Javier a casarse con Lucrecia.
Desde pequeñas, Camila y Lucrecia habían intentado innumerables veces preparar estrategias para que Javier terminara siendo responsable por Lucrecia, pero esto solo hacía que Javier las evitara como si fueran lobos. Después de que él llegara a la mayoría de edad, casi no regresaba a casa, haciendo aún más difícil para Camila y Lucrecia lograr su objetivo. Luego, cuando el abuelo Pablo presionó a Javier para que se casara, trajo a Beatriz a casa. Con Beatriz en escena, las esperanzas de Lucrecia disminuyeron aún más.
Camila pensó un momento y luego fue a buscar a Beatriz con cariño, sugiriendo ir juntas de compras al centro comercial. Beatriz encontraba todo esto muy extraño. Al fin y al cabo, Camila era la abuela politica de su esposo, no podía negarse. Además, con Javier ocupado con otros parientes masculinos de la familia, y ella sintiéndose aburrida en la familia Mangone, decidió acompañar a Camila. Durante media hora, Beatriz cargó con más de una docena de bolsas para Camila. Cuando Camila quiso seguir comprando, Beatriz, sin mostrar ninguna expresión, dejó la dirección de la familia Mangone con la vendedora, pidiéndole que enviara todo a casa, puesto que no queria seguir siendo una sirvienta cargando paquetes.
Camila fue muy sarcastica: “Bea, ¿no puedes llevarlo? Siendo tan delicada, ¿cómo vas a ser la esposa de Javier?” Property belongs to Nôvel(D)r/ama.Org.
Beatriz sonrió: “Mis manos ya están llenas, lo único que podría hacer es poner más cosas sobre mi cabeza. En ese momento, Camila notó que Beatriz habia dejado la dirección de Javier. Beatriz, muy astuta, dijo: “Abuela, me llevaste
¿no era para comprarme cosas? ¡Muchas gracias!”
de compras,
Camila se quedó sin palabras al ver cómo desaparecian varios millones de la nada. Justo entonces, el teléfono de Beatriz sonó. Era una llamada de Javier: “Vuelve a casa.” Beatriz rápidamente tomó un taxi.
Camila se desesperó de inmediato, tratando de imponer su autoridad: “Quiero seguir comprando.” Beatriz respondió: “Abuela, dijiste que debía obedecer en todo a Javier. Tranquila, él tiene prioridad. Ahora tendrás que seguir de compras sola con tus paquetes.”
Camila se quedó sin palabras.