Capítulo 273
Capítulo 273
Capítulo273
Pol, con suavidad, curvó los labios y elegantemente tomó un sorbo de café, como un apuesto
caballero que había salido de un cuadro del renacimiento.
Ambos charlaron un rato. Clara se enteró de que, en estos años, Pol había estado acompañando a
su madre en Austria para recibir tratamiento, ya que ella padecía Alzheimer y ya no podia
cuidarse por sí misma. Aunque él tenía muchas oportunidades para regresar a la Ciudad de
México, decidió quedarse en Austria para desarrollar su carrera, todo por el bienestar de su madre.
Clara recordaba que la familia García también tenía una situación familiar complicada. La familia
García tenía cuatro hijos, dos hermanos y una hermana mayor, quienes eran hijos de la esposa
legítima de su padre. Pol, en cambio, era hijo de una amante. Sobre la madre de Pol, sabía muy
poco. Aunque sus familias solían tener trato cercano cuando eran niños, incluso había visitado la
mansión de la familia García, no tenía ninguna impresión de esa señora.
-¿Por qué decidiste regresar este año así de repente?-preguntó Clara.
-Al fin y al cabo, soy hijo de la familia Garcia. Quiero regresar y recuperar algunas cosas que me
pertenecen–respondió Pol mientras bajaba los párpados frios y blancos y jugaba con la pequeña
taza de café con sus elegantes dedos.
Clara asintió ligeramente, entendiendo lo que quería decir. Para los hijos nacidos de familias
adineradas y poderosas, si no se involucraban en el núcleo del poder, era muy probable que fueran
explotados y despojados sin dejar rastro. Después de todo, familias adineradas tan armoniosas y
unidas como la familia Pérez, eran muy raras.
-Todavía falta un tiempo para la cena. ¿Qué te parece si hacemos algo mientras tanto?-preguntó
Pol repentinamente con una sonrisa.
Clara se sintió repentinamente desorientada al ser preguntada de improvisto.
-Te llevaré a ver las rosas al atardecer–dijo Pol mientras se inclinaba lentamente hacia ella, con
sinceridad en sus ojos. -Tengo un jardín privado de rosas y hoy es el día de la exposición pública.
Vamos a disfrutar juntos de el aroma de las flores.
¿Rosas? Un desteilo de alegría brilló en los ojos de Clara. Esa era su flor favorita. En el patio trasero de Villa Hermosa, ella tenía un pequeño jardín de rosas que Leticia había estado cuidando en su ausencia durante estos años. Sin pensarlo dos veces, respondió emocionada: ¡Genial! Vamos a dar un paseo allí.
+15 BONOS
En el camino hacia el jardín de rosas, Clara se subió al Bentley de Pol. Después de todo, sus
familias tenían buenas relaciones y se conocían desde hace tiempo, así que no era necesario que
cada uno condujera su propio auto. El Bentley se desplazaba suavemente hacia adelante, mientras
Aarón lo seguía de cerca, con las manos aferradas al volante.
La última vez, él había seguido a la señorita hasta las cercanías de la mansión, y esta vez, usando
sus conexiones, había reemplazado al pretendiente y se encontró con ella. Cada vez, se preparaba
meticulosamente, demostrando ser un hombre muy astuto.
Aarón tomó una profunda bocanada de aire y mantuvo la mirada fija en la parte trasera del
automóvil.
La señorita ya había sido herida por Flora una vez, y él no permitiría que ningún hombre la
lastimara por segunda vez. Se esforzaría al máximo para protegerla. Còntens bel0ngs to Nô(v)elDr/a/ma.Org
En el Bentley, el ambiente era muy agradable. En este momento, Clara ya se había quitado ese
disfraz que la hacía lucir adorable y tonta. No había traído maquillaje adicional y llevaba un
aspecto más al natural, con su largo cabello negro recogido en un sencillo moño suelto, sin
preocuparse por mantener una imagen de niña rica. 1
Pol disimuladamente la miró de reojo. Su rostro limpio y puro parecía iluminado por el resplandor
de la mañana, deslumbrante y sereno, sin defectos en su belleza, abierta y tranquila.
Se obligó a calmar sus emociones revueltas y preguntó suavemente: -¿Recuerdas cómo me
llamaste la primera vez que me viste esa noche?
-¿Ah?– Clara se sorprendió por un momento y parpadeó sus claros ojos. -Realmente no lo
recuerdo.
-Me llamaste bestia–dijo él.
Las palabras del hombre la dejaron sin palabras.
-Mi padre solía reprenderme de esa manera, le gustaba llamarme así. Escuchaste eso, de vez en
cuando también me lo decías en tono de broma–explicó él.
-Palabras de niños. Me disculpo por mi comportamiento infantil e irrespetuoso en ese entonces- dijo Clara avergonzada, con un leve rubor en sus mejillas.
-No importa, ahora puedes seguir llamándome así si quieres–dijo Pol, sonriendo con un toque de
mimo.
+15 BONOS
Clara murmuró en voz baja, un poco incómoda, y agitó la mano, -prefiero llamarte Pol. Ninguno de nosotros es un ya niño, y tú también eres una persona con estatus. Debo que referirme a ti con
respeto.
Pol entrecerró los ojos, se acercó ligeramente a ella y con una voz suave impregnada de dulzura,
respondió: -De acuerdo, como digas.