Capítulo 330
Capítulo 330
Capítulo330
Julio hablaba con seriedad, casi como si estuviera interrogando: -Desde que era niña, Clara solo
ha comido camarones pelados por ustedes y por mi. ¿Cuándo ha aceptado la atención de otros.
hombres? Esta noche, Pol fue excesivamente atento hacia Clara, casi le daba de comer con sus
propias manos. Y Clara ni siquiera lo rechazó. Dime, ¿qué relación tienen ahora? ¿Acaso Clara
realmente está interesada en él? 1
-Papá, por lo que dice, parece que no le agrada Pol–Diego habló directamente.
Julio torció los labios.
-Pol y Clara se conocen desde niños, y su reencuentro ha sido placentero. Es raro que Clara acepte
a un hombre de esta manera, y además la familia García y nosotros somos viejos conocidos. Si Pol
realmente puede estar con Clara, quizás no sea algo malo–Diego expresó su opinión con calma.
-Esta noche vino Simón. Parece que está interesado en unir a nuestras familias. ¿Por qué traería a
sus dos hijos solteros aquí? ¡Es evidente que se ha fijado en Clara! -Julio frunció el ceño y negó
con la cabeza, pero nunca aceptaré tal propuesta matrimonial.
Esto tomó por sorpresa a los hermanos Pérez. No esperaban que su padre rechazara a la familia
García de esta manera.
-Papá, ¿no discutiste con Simón, verdad? -preguntó Javier y luego elogió a Flores con el pulgar
hacia arriba, ustedes dos son asombrosos. Después de una pelea, pueden estar tranquilos y
charlar amigablemente. Si fuera yo, seguro que no podría tragar un bocado.
-¿Cómo llegaste a ser fiscal con esa mentalidad? -Julio miró a Javier con molestia–Clara es mi NôvelDrama.Org holds this content.
hija más querida. Recién se ha separado de Hernández. ¡No la enviaré a la familia García! ¿Creen
que la familia García es un buen lugar? Los cuatro hijos de Simón están en una lucha constante
entre ellos. Si Clara se casa allí, se verá envuelta en disputas familiares, en conflictos internos
interminables. Además, Pol es el hijo menos favorecido por Simón. Aunque tiene un gran negocio
en el extranjero, la acumulación inicial de capital fue bastante violenta. Una persona con ese tipo
de trasfondo, que busca establecerse en el país a través de un matrimonio con los Pérez, no es
imposible.
Javier quedó boquiabierto, Diego bajó las pestañas, sintiendo remordimiento por no haber
considerado estas cuestiones más profundamente.
-La hija de Julio puede adornar la vida de los demás, pero no debe sacrificarse para iluminar el
El Bentley de lujo se dirigió hacia la Ciudad de México.
Eduardo regresó en su propio auto de lujo, mientras que, por primera vez, Simón hizo que Pol lo
acompañara en su coche. Padre e hijo se sentaron en la parte trasera, en un ambiente opresivo,
mostrando que, a pesar de su vínculo de sangre, su relación era más distante de lo que parecía.
-Pol, dime con sinceridad, ¿en qué etapa está tu relación con Clara? – Simón cuestionó fríamente
con ceño fruncido.
-¿Te interesa mi vida amorosa? – Pol sonrió con cierta ironía, -Mi madre y yo vivimos durante
quince años en Austria, y ni siquiera preguntaste por nosotros. Ahora que he regresado a la Ciudad
de México, parece que te preocupo mucho más.
-No divagues. Lo que te estoy preguntando es acerca de tu relación con Clara–Simón habló con
firmeza y enojado, sus ojos llenos de ira.
-Como viste esta noche, Clara y yo tenemos una relación bastante cercana–Pol pasó sus dedos
sobre sus lentes dorados, su sonrisa llevaba un toque de burla.
Simón inhaló profundamente,, y con voz grave ordenó: -A partir de ahora, no quiero que tengas
más contacto con Clara. Mantén tu distancia de inmediato.
-¿Por qué? -preguntó Pol con una sonrisa.
-Clara es la persona que he elegido para el matrimonio de Eduardo. Tu interferencia en este
momento podría arruinar mis planes–declaró Simón.
-Eduardo es tu hijo, ¿y yo no lo soy? Si Clara está conmigo, también sería la nuera de Simón. ¿Qué
hay de malo en eso?
-Mi decisión está tomada. Eduardo debe casarse con Clara, y si deseas unirse a los Pérez en
matrimonio, Julio tiene una hija menor llamada Inés que aún no está casada.
-¿Crees que no soy adecuado para Clara? -Pol ajustó sus gafas, curvando los labios con un tono de
sarcasmo.
-¡Pol, basta ya! – Simón se enfureció, sus ojos enrojecieron–No deberías competir con Eduardo. Si
algo es tuyo, te lo daré, si no lo es, no deberías arrebatármelo.
-He escuchado esa frase desde que era niño, pero hasta ahora, no he obtenido nada que sea
verdaderamente mío–Pol cerró los ojos, una sonrisa fría se formó en sus labios, -Ya no creeré más