Chapter 511
Chapter 511
Capítulo511
Lluvia torrencial, escombros, barro y densa niebla.
Estas fueron las últimas imágenes, que Clara vio antes de que su conciencia se desvaneciera por
completo, cerca de la desesperación. Sin embargo, ella aún sostenía su última bocanada de aliento
y empujó al escalador hacia arriba antes de que el desastre los envolviera por completo.
Incluso si solo había una pequeña posibilidad, deseaba que sobreviviera. Si no estaba dispuesta a
enfrentar todos los peligros con su preparación, entonces no merecía llevar este traje ni aparecer
aqui. No le tenía miedo a la muerte, siempre y cuando tuviera un propósito, no habría sido en vano
haber caminado en este bullicioso mundo.
De hecho, antes, no era una persona tan valiente. Ni siquiera cuando estaba enferma. Cuando su
padre y sus tres esposas la llevaban a recibir una inyección, ella solía lloriquear y hacer
berrinches durante un buen rato. Era una joven melodramática y miedosa.
Hasta que cumplió once años y lo conoció aquí.
Su valentía, su determinación, sus ojos brillantes como faros en el abismo, que la guiaban en la
oscuridad y la dispuesta camaradería que ofrecía a una extraña en un momento de necesidad, todo
eso impactó profundamente su alma. Por primera vez, Clara aprendió que las personas podían
arder con tal intensidad, florecer y vivir de esta manera, incluso si era un encuentro fugaz, pero
estaban dispuestos a vivir y morir juntos.
Aunque después de eso, se casó con él, a pesar de que él la lastimó, tenía que admitirlo.
Alejandro la cambió, cambió su vida.
Todo sucedió en unabrir y cerrar de ojos.
Clara tuvo un sueño largo y extravagante durante su breve inconsciencia.
Soñó que estaba disfrutando del regocijo de estar arropada por sus padres, y recordó cómo sus
hermanos la rodeaban en su cumpleaños cuando era niña. El hermano mayor la alzaba y la ponía
sobre una montaña de regalos, el segundo hermano cantaba un desafinado, “estas son las
mañanitas”, el tercer de sus hermanos soplaba las velas con ella y el cuarto hermano le entregaba
el juguete que tanto quería.
Y luego estaba Alejandro.
Recordó cómo lucharon juntos en el campo de batalla, el vaivén entre la vida y la muerte. Recordó
la alegría de volver a verlo cuando estuvo al lado de su abuelo por primera vez.
Y luego, el dolor punzante brotó desde lo más profundo de su corazón y se extendió por todo su
cuerpo y mente.
Clara despertó abruptamente, respirando profundamente como si estuviera ahogándose, sintiendo
el calor del sudor mezclado con la lluvia fría, lo que la hacía temblar violentamente.
-Carajo estoy viva. ¡Todavía estoy viva!
Estaba encantada, y lágrimas brotaron de sus ojos. Si no fuera por el sueño sobre ese hombre, si no
fuera por recordar el daño que él le hizo, podría haber muerto sin darse cuenta.
Pero al despertar, Clara casi se asusta de la impresión. Se dio cuenta de que había sido arrastrada
por la corriente de lodo y arena a algún lugar, y yacía en una colina. Su mochila colgaba de una
rama delgada, su cuerpo estaba medio enterrado en el barro, ¡casi la habían sepultado viva!
Clara respiró profundamente para calmarse. Apretó los dientes y pensó: -No puedo morir. ¡
Definitivamente no puedo morir! ¿Qué pasará con Julio si muero? ¿Qué pasará con mis hermanos? ¡
Si el destino me ha dado una oportunidad, significa que no debería morir!
Una rama sobre su cabeza emitió un escalofriante crujido. Clara dejó de respirar, asustada de que
incluso un suspiro adicional pudiera romper la rama. Con esfuerzo, se excavó fuera del barro con
las manos y encontró dos rocas que podría usar para trepar. Luego, se volcó bruscamente sobre las This content © 2024 NôvelDrama.Org.
rocas.
En el instante en que saltó sobre las rocas, la rama sobre su cabeza se rompió. Cayó
precipitadamente por el abismo, desapareciendo sin dejar rastro.
El corazón de Clara latía tan fuerte que parecía que iba a salir por su garganta. Pero no tenía
tiempo para tener miedo; solo podía pensar en cómo subir más alto.
En ese momento, la noche cayó y la tormenta arreció. La lluvia fría le golpeaba los ojos,
empañando su vista. Sus manós estaban rojas de frío, casi perdiendo la sensibilidad. Lo único que
la impulsaba a seguir escalando era su fuerte voluntad de sobrevivir.