Chapter 515
Chapter 515
Capítulo515
-No, no puedo confiar en Alejandro. ¡Tengo que informarle esto a Diego de inmediato! -Aarón
temblaba mientras sostenía su teléfono, marcando rápidamente el número de Diego.
Diego respondió rápidamente al otro lado de la línea, antes de que Aarón pudiera decir una
palabra: -Aarón, ¿algo le sucedió a Clara?
Quizás debido a su fuerte conexión como hermanos, había estado sintiendo una incomodidad en el
corazón durante toda la noche. Ahora que Aarón lo estaba contactando, tenía la certeza de que algo
malo le había ocurrido a su hermana menor.
–
–
-¡Señorito! Aarón, con los ojos rojos e hinchados, exclamó angustiado, ¡La señorita Clara está
en problemas! ¡Por favor, envie a alguien de inmediato al parque forestal Pico Sereno para ayudar!
Diego recibió la llamada de socorro de Aarón mientras se encontraba a 350 kilómetros de
distancia, en el cuartel general del ejército en Cielo Estrellado, México. Ya que estaba en Cielo
Estrellado, había aprovechado la oportunidad para reunirse con su hermano menor.
Su madre había dado a luz a cuatro hermanos, y con Clara, eran cinco hermanos con un lazo muy
fuerte entre ellos. Sin embargo, el tercer hermano había ingresado tempranamente en la sociedad,
convirtiéndose en un coronel a los 28 años. Ahora tenía una posición influyente y rara vez estaba
en casa con su familia.
Por lo tanto, cada vez que tenía la oportunidad, se reunía con su tercer hermano.
—Tercer hermano, ha ocurrido algo con Clara, debo regresar de inmediato a México-Diego frunció
el ceño con preocupación evidente en su mirada.
—
-¿Clara está en problemas? – Arturo Isabel, el tercer hermano, que estaba vestido con uniforme
militar, se levantó de un salto del sofá. A pesar de ser conocido por su frialdad y compostura en Content is © 2024 NôvelDrama.Org.
público, el coronel, que era agudo y apuesto, estaba en total desorden al escuchar que su hermana
menor estaba en peligro.
El corazón de Diego se contrajo, su voz sonaba ronca de urgencia: -Nuestra hermana pequeña se
fue de voluntaria al parque forestal nuevamente para ayudar a alguien.
Arturo apretó los puños con frustración, incapaz de mantener la compostura, y comenzó a dar vueltas en su lugar. Si sus subordinados lo vieran en ese estado, seguramente se sorprenderían.
-Le he dicho innumerables veces que donara dinero al parque forestal, pero no es una profesional
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los consejos-añadio Diego, preocupado y agotado por el asunto
-¿Por que nuestra hermanita siempre corre hacia ese lugar sin preocuparse? ¿Hay una mina de diamantes en Pico Sereno o algun tesoro? – Arturo abandono por completo su habitual máscara de
seriedad frente a su hermano mayor, mostrando el mismo sentido del humor que Julio
Diego lo miro con curiosidad y dijo en tono frio y sombrio -¿Recuerdas lo que sucedió quando ella
tenia once años?
-St, claro que recuerdo! Arturo suspiro con pesar -Ella y ese chico de la familia Hernández,
fue realmente una mala coincidencia
-Por eso, cada vez entiendo más una cosa. Mama nos tuvo a los cuatro primero para ser su
protectora, su solido respaldo-Diego suspiro con resignación y se dirigió hacia la salida. -La
situación es urgente, hermano menor, yo me adelanto.
¡Espera, hermano mayor! – Arturo lo detuvo rápidamente, tomó su gorra militar que había dejado
en el brazo del sofá y la colocó en su cabeza -¡Voy contigo!
No fue hasta después de un largo viaje que Alejandro finalmente encontró una cueva oscura y
llevó a Clara dentro.
Clara se recostó contra la pared de la cueva, con los brazos cruzados sobre el pecho, sus labios
pálidos temblaban y dos rubores ardientes aparecieron en sus mejillas sucias,
A pesar de su debilidad y su aspecto desaliñado, sus ojos claros sequian brillando en la penumbra.
Alejandro no pudo controlar la creciente sensación de calor en su interior. Tragó saliva con
dificultad y levantó las manos para acariciar suavemente las mejillas de Clara.
De repente, su expresión se volvió grave y sintió que sus palmas ardian, como si estuviera tocando
un brasero.
-¿Estás con fiebre? -preguntó alarmado.
-No, estoy bien. Esto no es nada-respondió Clara, sintiendo la frescura reconfortante de sus
manos en su piel y no apartándose de su contacto.