Chapter 521
Chapter 521
Capítulo521
Alejandro permaneció imperturbable, recibiendo esas palabras con agrado.
-Alejandro, Clara y mi tercer hermano no se han visto en mucho tiempo-dijo Diego, con una
–
expresión seria, acercándose. Y lo que ella realmente querría ver aquí es a su tercer hermano. Tu
presencia aquí no solo interrumpe la recuperación de Clara, sino que también obstaculiza nuestra
reunión. Ahora que Clara está con su familia, no tienes motivos para preocuparte y tampoco
razones para quedarte aqui. Así que, por favor, vete.
Diego miraba sin emociones en los ojos y hablaba con calma, sin mostrar signos de emoción
intensa. Pero Alejandro sentia que cada palabra que pronunciaba era como cuchillos a su
moribundo corazón.
Fuera de la habitación, la tormenta había cesado, y el cielo estaba empezando a iluminarse, con un
azul melancólico y solitario.
Alejandro sostenia su abrigo empapado y avanzaba lentamente hacia la salida. El abrigo todavía
parecia llevar el calor residual del cuerpo de Clara, pero él se sentía completamente helado y
apretó el abrigo con más fuerza.
—¡Alejandro, mi hermana ha sacrificado y sufrido demasiado por ti! – Las palabras afiladas de
Arturo resonaban en la mente de Alejandro mientras su sien palpitaba intensamente. El dolor
irradiaba por todo su cuerpo.
Alejandro levantó la cabeza con dificultad, y grandes gotas de sudor resbalaban por su rostro
esculpido como si fueran lágrimas.
Su visión estaba borrosa cuando Rodrigo y César, que habían llegado en respuesta a la llamada de
auxilio, se acercaron corriendo.
-Alejandro, ¿por qué estás tan pálido? ¿Estás bien? – preguntó César ansiosamente.
-Estoy bien-murmuró Alejandro, con la cabeza baja, mirando fijamente la ropa en sus manos.
-¿Y la señorita? ¿La encontraste? ¿Cómo está? – preguntó César, preocupado.
Sin esperar a que Alejandro respondiera, una figura alta lo chocó fuertemente en el hombro y se
dirigió directamente hacía la puerta del hospital.
-¡Aarón, ¿no tienes ojos?! ¡Me chocaste! – César señaló a la espalda de Aarón mientras gritaba de
El impacto dejó a Alejandro sintiéndose desequilibrado y tembloroso a pesar de su estatura y presencia imponente. Aarón se dio la vuelta y lo miró, esbozando una sonrisa sarcástica,
-Alejandro, después de todo, salvaste a Clara. ¿Cuál es tu actitud? – César estaba furioso y tenía ganas de enfrentarse a él,
-Pero aún le debe mucho a nuestra señorita. ¿Esperas que le agradezcamos? – Aarón gruñó con
los dientes apretados y siguió avanzando sin mirar atrás.
Alejandro sintió una opresión en el pecho, un dolor agudo y perlas de sudor de gran tamaño, aparecieron en su frente. Sus manos se apretaron con fuerza, los dedos casi se hundieron en su
carne, pero aun así no sentia dolor alguno.
Porque el dolor más profundo, que se había extendido hasta su médula, lo estaba torturando en la
espalda.
-Alejandro, algo no va bien contigo. Vamos al hospital. ¡Alejandro! – Rodrigo apenas terminó de
hablar cuando Alejandro finalmente no pudo contenerse más y una oleada de sangre brotó de su
boca.
-¡Alejandro! – César estaba al borde de las lágrimas. Aarón también estaba atónito, sin poder creer
que el hombre con el que habia estado hablando hace un momento de repente comenzara a
escupir sangre.
Al instante, el cuerpo de Alejandro tembló violentamente y cayó al suelo como si hubiera perdido
toda su gravedad.This content belongs to Nô/velDra/ma.Org .