Chapter 184
Capítulo 184
+16 BONUS
Lo que parecía una tarea sencilla, Pedro rompió el rodillo de amasar de un solo golpe, aplicando demasiada fuerza.
-Si aprietas con más fuerza, podrías romper la encimera–bromeó Bella-. Olvídalo, deja eso. Aplasta la masa que ya he aplanado, añade el relleno y luego dóblala. Original content from NôvelDrama.Org.
Pedro le lanzó una mirada a Bella pero no dijo nada, y procedió a aplicar el relleno en la masa como ella indicó.
Sin embargo, sus movimientos eran torpes y desiguales, dejando el relleno demasiado grueso en algunos lugares y demasiado delgado en otros. Cuando intentó doblar los bordes de la masa, casi la rompe.
-¡Detente! -exclamó Bella, frustrada-. Eres un desastre. Mejor sal de aquí. Solo estás entorpeciendo. ¡Temo que la abuela no pueda comer hasta el mediodía si sigues así!
-¿Te atreves a llamarme un desastre?-respondió Pedro, irritado por sus continuas quejas.
Bella le dijo: -Si no puedes hacer algo tan simple, ¿cómo no te consideraria un desastre? Parece que antes ella había imaginado a Pedro como alguien perfecto y capaz de hacer cualquier cosa.
Si hubiera descubierto antes su torpeza, tal vez no se habría enamorado tanto de él.
Pedro, ante los gestos de desaprobación de Bella, le arrebató el rodillo de amasar y le ordenó: -Tú quédate quieta, ¡yo me encargo!
Tan empeñado en demostrar su valía, no podía soportar ese golpe a su ego.
¡De acuerdo! Estaré esperando tus resultados–respondió Bella, contenta de tener tiempo libre–¿Te ayudo a atarte el delantal?
Pedro mostró su desdén con una mirada fria.
Bella no insistió y simplemente le recordó que Fiona no estába en casa, así que si ensuciaba su ropa, tendría que lavarla él mismo. Luego, entrelazando sus manos, comenzó a admirar las habilidades de Pedro.
El verdadero objetivo de Pedro era revertir la situación y no permitir que Bella lo menospreciara, pero en la práctica resultó ser mucho más difícil de lo que esperaba.
Finalmente logró aplastar la masa para hacer el panqueque, pero su grosor era irregular y en algunos lugares incluso se rompió.
Bella no pudo contener la risa ante eso. Tomó el panqueque y lo sostuvo frente a ella, mirando a través del agujero. Señorito Romero, ¿crees que mis ojos son grandes o es este agujero el que es grande?
Pedro entendió claramente la burla de Bella, su rostro se volvió serio y extendió la mano para recuperar el panqueque y volver a amasar la masa.
Pero en ese momento, Bella soltó la masa y Pedro terminó agarrando su muñeca, tirando de ella hacia atrás y envolviéndola en sus brazos.
+15 BONUS
Ella chocó contra su pecho y Pedro instintivamente la abrazó con fuerza.
La frente de Bella golpeó la mandíbula dura de Pedro mientras él la envolvía por completo en sus brazos.
Ella levantó la cabeza, preparada para enfadarse, pero notó que en la punta de la nariz de Pedro había un poco de harina blanca.
Pedro siempre tenía una actitud fría y distante, pero con esa pizca de harina en la punta de su nariz, Bella no pudo evitar asociarlo con un perro travieso.
Imaginando la cara de Pedro como la de un perro, Bella no pudo contener la risa.
Bella se rió tanto que temblaba, lo cual hizo que Pedro, quien había estado reprimiendo su deseo desde la noche anterior, ya no pudiera contenerse más.
La levantó y la colocó sobre la encimera, se inclinó hacia ella y la besó apasionadamente.
El beso de Pedro era ardiente y salvaje, y la confundida Bella intentó retroceder, pero Pedro no le dio la oportunidad. Con una mano agarró la parte posterior de su cabeza y con la otra la mantuvo aprisionada contra su pecho.
Además, al estar Bella sentada en la encimera, las delgadas piernas de Pedro la sostenían, impidiéndole moverse en absoluto.
¡Mmm! -Bella luchó y protestó con fuerza.
Pero Pedro hizo caso omiso y continuó conquistando su territorio. La sensación extraña y excitante hizo que Bella temblara y soltara un grito, diciendo: ¡Espera, Pedro!
La reacción de Bella también estimuló a Pedro, sus ojos se volvieron rojos y volvió a besar a Bella, deslizando su mano por la parte posterior de su pijama…