Chapter 206
Capítulo 206
Bella asintió. —No te preocupes, no mencionaré el asunto del divorcio delante del presidente Romero. Incluso si tengo el certificado de divorcio, puedo mantenerlo en secreto y no dejar que nadie lo sepa.
Pedro escuchó los cuidadosos arreglos de Bella, pero no había ni un ápice de alegría en su corazón.
-Ahora vamos a Villa Romero. -ordenó Pedro directamente.
-Pedro, ¿qué quieres decir? ¿No dije que no iría? -Bella abrió los ojos como platos por
sorpresa.
Pedro dijo: -Dado que aún no estamos divorciados, tienes que cumplir con tus deberes como mi esposa.
Ella podía visitar a Carlos, pero no quería acompañarlo a Villa Romero. Esto hizo que Pedro no pudiera contener su enfado.
Bella vio la actitud de Pedro que no admitía rechazo, no quería seguir discutiendo con él y se comprometió.
Villa Romero estaba ubicada en una zona de oro, era una casa de estilo gótico de tres pisos, con un amplio terreno y jardines delanteros y traseros.
A pesar de ser la esposa de Pedro, Bella nunca había entrado allí.
Después de la universidad, Pedro se mudó de allí y vivió solo en su propia casa, y después de casarse, compró Villa Dragón como su nueva residencia.
Además, como el señor Romero y la señora Romero no estaban en casa y la abuela Romero vivía en la antigua residencia, Bella no tenía que ir allí.
Sin embargo, ella le había pedido a Pedro que la llevara, con la curiosidad de ver la residencia de sus suegros en el pasado.
-Hermanito Pedro, acompáñame a Villa Romero, después de todo es la casa de mis suegros, como tu esposa debo ir a conocerla y que los sirvientes sepan de mí, ¿no?
Pedro con una mirada fría, respondió: -Ellos no están en el país, no es necesario ir.
En ese momento se sintió muy decepcionada, y para evitar molestar más a Pedro, no volvió a mencionar el tema.
Sin embargo, no se imaginaba que, justo cuando estaban cerca del divorcio, Pedro la llevaría voluntariamente.
Cuando el chofer entró por la puerta trasera, el sirviente de la casa se acercó y saludó respetuosamente: -¡Señorito Romero, buenos días!
Al ver a Bella detrás de él, pareció dudar por un momento, como si no la reconociera.
Pero Pedro rodeó con naturalidad el delicado hombro de Bella y les presentó: -Mi esposa, Bella.
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Aunque no la había visto personalmente, el nombre le resultaba bastante familiar. Al escuchar sus palabras, el sirviente se apresuró a saludar: –Señora, bienvenida. NôvelDrama.Org content rights.
Esto era algo que Bella había previsto, así que no le sorprendió.
Ella esbozó una leve sonrisa y entró a la casa junto a Pedro.
-Señorito, señorita, ¿ya han comido? ¿Les preparo algo?
Preguntó solícito el empleado.
Bella negó con la cabeza. No se moleste, no tengo hambre.
Sin embargo, Pedro dijo: -Prepara algunos platos ligeros, ella tiene anemia y necesita comer.
El empleado se fue a la cocina.
-Vamos, subamos a ver. -Pedro tomó la mano de Bella con naturalidad.
Su cálida palma envolvió la mano algo fresca de ella, y Bella se dejó guiar por Pedro escaleras arriba.
Le mostró dónde estaba la habitación de los amos y dónde la de los invitados.
En ese momento, Bella creyó ver a la desdichada de sí misma en la vida anterior, demacrada y ausente, encerrada antaño en un asilo psiquiátrico.
Seguramente envidiaría a la Bella de ahora.
Pedro le iba explicando la distribución de las estancias mientras le sujetaba la mano.
-¿Por qué de repente te has puesto a llorar? ¿Te molesta la luz? -preguntó él, confuso, mirándola.
Bella retiró su mano y, impasible, se secó los ojos. -Me encuentro un poco mal, voy a bajar. -¿Qué te pasa? -insistió Pedro, volviendo a cogerle la mano con gesto preocupado-. ¿Es el hombro? ¿Tienes mareos por falta de alimento?
Bella volvió a retirar la mano. -Me pone mal verte. 4
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