Chapter 65
Capitulo 65
Tania estaba embobada, casi se le caia la baba,
Ax que ganas de llora
Carol se rela y le dio un codazo, ¿Pero que te pasa, chica?”
Tania fingia sollozos y le decía,
“Nunca pensé que un chico tan travieso pudiera ser tan guapo, No, no, tengo que tomarme una foto con él, voy a petar las redes, voy a ser la más brillante de la nochel”
Y así, se acercó a los tres pequeñines y empezó a tomar fotos como loca, tomó decenas de ellas en un instante.
Publicó cuatro posts seguidos, cada uno con una cuadricula de nueve fotos.
La primera cuadricula era solo de Lain, con el pie de foto. “Mi hijo mayor“.
La segunda cuadricula era solo de Ledo, pie de foto, “Mi segundo hijo“.
La tercera cuadricula era solo de Luca, pie de foto, “Mi hijo menor“.
La cuarta era de los cinco juntos, pie de foto, “Familia de cinco.
Consciente del riesgo de que el padre de los niños se enterara, Tania tuvo el cuidado de ponerles a los tres pequeños y a Carol unos mosaicos.
Los demás apenas podian distinguir sus contornos faciales.
De las decenas de fotos, solo una de grupo mostraba todos los ojos, Tania no se resignaba a taparlos.
Los ojos de los niños parecian llenos de estrellas y océanos, eran demasiado hermosos,
En poco tiempo, el perfil de Tania estallo
Como era de esperar, se convirtió en la sensación de la noche. Content held by NôvelDrama.Org.
Muchos le mandaban mensajes privados preguntándole detalles, y Tania, toda misteriosa, respondía,
“¡Son todos mis hijos!”
Cuando le preguntaban, “¿De dónde salieron?”
Ella decía, “Los encontré“.
“¿Dónde los encontraste?”
“No te lo voy a decir“.
“Regalame uno.
“¡De eso nada!”
“Entonces voy a tener que ir a robarlos, dime, ¿qué color de saco prefieren?
Tania se rela a carcajadas.
Carol estaba preocupada de que se riera tanto que le diera un ataque.
Le daba pena y al mismo tiempo le causaba gracia el espectáculo de Tania presumiendo a sus “hijos“.
A las siete de la noche, llegaron puntuales a San Rafael.
Era el restaurante más antiguo y con más carácter de Puerto Rafe, y también el más caro.
Muchas celebridades y diplomáticos extranjeros que visitaban el lugar iban a comer allí.
Tania mostró la reserva y siguió a la anfitriona hasta el mostrador,, luego alguien los llevó a su mesa privada.
Desde que aparecieron, todos los ojos se posaron sobre ellos.
Aunque todos llevaban mascarillas, su belleza era innegable.
Tania desprendía un aire de elegancia, fruto de su educación desde pequeña, y su figura rellenita la hacía parecer especialmente acogedora.
Carol, naturalmente hermosa y nutrida por años en las montañas, tenía la piel radiante y desprendía un aura espiritual.
La palabra ‘hermosa‘ se quedaba corta para describirlas.
Y ni hablar de los tres pequeños, que a primera vista daban ganas de llevárselos a casa.
Una joven y guapa mesera no pudo evitar elogiarlos,
“Los tres pequeños son adorables, parecen estrellas infantiles“.
Tania sonrió,
“No somos estrellas, pero seguimos siendo los más deslumbrantes del lugar“.
La mesera asintió sonriente,
“Así es, apenas llegaron, capturaron todas las miradas, se ven radiantes“.
La mesera los llevó al ascensor, subieron al último piso y enseguida un asistente los acompañó a su mesa privada.
Al cerrar la puerta de la habitación, los pequeños finalmente se quitaron las mascarillas.
Carol les había explicado que debían llevarlas siempre que salieran.
La excusa era que el aire se contaminaba en invierno.
Pero, en realidad, era más por miedo a que los descubriera el padre de los niños.
Por más que se cuidaban, no esperaban que la mesera reconociera a Aspen.
Así que al ver las caras de los tres pequeños, la sonrisa de la mesera se congeló por un
Capitulo 65
instante, “Ellos… ellos…”
“¿Qué pasa?” le preguntó Carol, curiosa.
La mesera tragó saliva, sorprendida, y por un momento no supo qué decirle.