Capítulo 148
Capítulo 148
Javier, a la misma edad que Mauricio, ya tenía bajo su control el imperio de la familia Mangone, reuniendo a su alrededor a las figuras más influyentes del consorcio. Mauricio ni siquiera podía manejar a los astutos directores de la empresa, mucho menos a sus propios padres. Se vela obligado a seguir los planes de sus padres, saliendo con Fiorella mientras tenía citas arregladas con hijas de familias adineradas. Y todo esto, mientras Javier lograba su posición tras perder a sus padres y tener un abuelo que se casó de nuevo, dejándolo con dos ambiciosos tios pequeños. Mauricio, por otro lado, contaba con todo el apoyo y amor de su familia. NôvelDrama.Org © content.
Mauricio se burló: “Él nos supera por unos cuantos años, pero no es más que un hombre de mediana edad, grasiento y que un hombre de mediana edad, grasiento y calvo, con una barriga más grande que la de una embarazada. Quién sabe si aguanta más de tres segundos en la
cama.”
“Vaya, el gusto de Beatriz si que es peculiar“, no pudo evitar decir Tomás. “No es de extrañar que ese magnate nunca aparezca en cámara, no es de extrañar que, a pesar de haberse casado con un rico, Beatriz te siga acosando.”
Beatriz, que escuchaba a escondidas: “.
¿Quién dijo que las mujeres son más celosas? Los hombres muestran peores celos frente a quien consideran superior, y sus chismes son aún más desagradables.
Con los brazos cruzados, Beatriz salió caminando. Al ver a Beatriz, Mauricio cambió de expresión varias veces. Hoy Beatriz no estaba muy arreglada, simplemente llevaba un pequeño vestido negro de Versace, sin ningún otro adoro. Pero su figura esbelta, su cintura delineada perfectamente, sus lineas suaves y delicadas, y su piel brillante resaltada por el color oscuro le daban un brillo casi luminoso. Su cabello, aún húmedo en las sienes, y su rostro sin maquillaje resaltaban su belleza natural, pareciendo una peonia bajo la luz de la luna.
Tomás echó un vistazo furtivo a Beatriz, fijándose en sus pies sobre tacones de color piel, y luego en sus tobillos blancos y delicados y sus piernas largas y perfectas. Ay, cómo le gustaría que esa hermosa luz de luna se fijara en él en vez de en su hermano ciego. Si solo le extendiera una rama de olivo, romperia relaciones con su hermano sin pensarlo.
A pesar de esto, Tomás mantuvo una cara de disgusto y dijo: “Beatriz, si tuvieras un poco de dignidad, dejarías de acosar a Mauri.”
Beatriz sonrió: “Ah, si? ¿Te llamo todo el tiempo, Mauricio? ¿Te acoso?”
Mauricio sintió un dolor en el pecho, pero no dijo nada. Beatriz sacó su teléfono, encontró el número de Mauricio y dijo: “Ahora, te bloqueo. Haz lo mismo con mi número delante de mi. Antes estaba ciega, pero de ahora en adelante, agua que no has de beber, déjala correr.”
རང ཡལ རེད
Ella se alejaria de la vida de Mauricio y Fiorella. Lo que esos dos hagan, ya no seria asunto de Beatriz. También esperaba que el mundo pudiera ser un poco más normal y que su vida pudiera prescindir de esas dos personas. Mauricio soltó una risa fria: “¿Estás loca? ¿Por qué debería hacer lo que tú dices? ¿Bloquearte solo porque tú lo dices?” Dicho esto, Mauricio se dio la vuelta y se fue. Tomás echó otro vistazo furtivo a las piernas de Beatriz y apuró el paso para seguir a Mauricio: “¡Eh, Mauri, espérame!”