Mi Ex-esposa Misteriosa Es Multimillonaria

Capítulo 286



Capítulo 286

Capítulo286

Para ocuparse de la fiesta de cumpleaños, Beatriz estaba botando la casa por la ventana. Estaba

llena de vitalidad y no se quedaba en la cama quejándose como antes. Estuvo ocupada organizando

el lugar, preparando el vestido y el maquillaje. Si uno no lo supiera, podría pensar que estaba

preparando una fiesta de compromiso.

Durante este tiempo, Alejandro no preguntó mucho, y al ver que su condición mejoraba, ni siquiera

volvió al hospital para verla.

Sin duda, esto dejó a Beatriz insatisfecha, pero en ese momento, organizar la fiesta de cumpleaños

era mucho más importante.

En la noche anterior a la fiesta de cumpleaños, Beatriz estaba en su habitación probándose el

vestido que no sin dificultades habia logrado obtener de Celeste.

Ella tenía una figura delgada y elegante como un sauce, pero el vestido era demasiado suelto en el

área del pecho, y simplemente no podia mantenerlo en su lugar. Las dos sirvientes, estaban

sudando y ansiosas, pero no importaba cuánto intentaran, no lograban fijar el vestido en su lugar.

-¡Tontas e inútiles! ¿Cómo pudo la familia Sánchez criar a un grupo de inútiles como ustedes?

Beatriz estaba tan frustrada que sus mejillas estaban enrojecidas. Empujó a una criada con

exasperación.

-Señorita ¿qué tal si… llamamos a un sastre para que venga y haga algunos ajustes, o incluso usar

un par de alfileres para fijarlo…? -una criada sugirió tímidamente mientras temblaba de miedo.

Beatriz estaba sudando de irritación, pero no quería admitir que tenia miedo de perder dinero.

El vestido tenía un valor de millones, y, además, había firmado un contrato por el. Si lo ensuciaba,

lo dañaba o lo modificaba sin permiso, incluso si solo usaba alfileres, tendría que pagarle a Celeste

una indemnización cinco veces mayor. Aparte de eso, si le dolía o no, Celeste era como Clara, y Content is property © NôvelDrama.Org.

Beatriz no permitiría que esa mujer se enriqueciera a su costa.

-Ahora mismo, ¡vayan y traigan pegamento para mí! ¡Rápido!

En poco tiempo, las criadas trajeron pegamento, lo pegaron en el área del pecho del vestido y se lo

pusieron a Beatriz, y finalmente se quedó en su lugar.

-¡Señorita, eres muy inteligente! ¡Estrategia efectiva! -una sirvienta elogiaba exageradamente

desde un lado.

En ese momento, alguien llamó a la puerta, y Ema, con una expresión tensa, entró en la habitación

rápidamente.

-¡Mamá!

Beatriz sintió un fuerte golpe en su corazón y apresuradamente ordenó a las sirvientas: -salgan de

aqui. Las sirvientas salieron rápidamente de la habitación, y Ana cerró la puerta detrás de ellas.

-Mamá, ¿cómo va todo? -Beatriz se acercó a ella, sosteniendo su vestido y mirándola con

ansiedad

-Todo está arreglado–dijo Ana mientras agarraba la mano de su hija, sus palmas estaban frías.

-Madre, ha sido un verdadero sacrificio esta vez.

Beatriz apretó fuertemente la mano de Ana, con una mirada sombría: -No olvidaré la bondad que

has demostrado. En el futuro, te cuidaré bien y te devolveré el favor.

-Niña, ¿qué estás diciendo? Tú eres mi querida hija, carne d mi propio cuerpo. Si no estoy de tu

lado, ¿quién más podría estar?

Ana tenía el rostro pálido y una mirada llena de determinación y coraje: -Ahora que finalmente te

has reconciliado con Alejandro y Enrique está tan a favor de su matrimonio, solo falta un paso

más. ¡No podemos permitirnos fallar en esto!

No dejaré que nadie ni nada obstruya el camino de mi hija para casarse con una familia adinerada.

Al día siguiente, cuando las luces comenzaban a brillar.

Finalmente llegó el tan esperado banquete de cumpleaños.

La familia Sánchez había reservado el salón de banquetes más grande en el Hotel Hernández para

recibir a los invitados, destacando la estrecha relación entre las dos familias. 1

Además, para apoyar a su sobrina, Ema, utilizando el nombre de Enrique, había invitado a muchas

personalidades influyentes de la Ciudad de México e incluso de todo el país, creando un evento

extravagante y grandioso. Cualquiera pensaría que estaba organizando su propia boda.

En el opulento salón de banquetes, la música sonaba melodiosa y todos estaban elegantemente.

Estos adinerados comerciantes de las prominentes familias de la Ciudad de México vinieron aquí

completamente para darle prestigio a Enrique.

Aunque Ema había sido “invitada” por los fiscales anteriormente, el asunto sucio finalmente se

había atribuido a su primo. Ahora estaba rejuvenecida, caminando del brazo de su esposo,

elegantemente vestida, mezclándose con los invitados y charlando con un aire alegre.

-Director Hernández, Sra. Hernández, ¡felicitaciones, felicitaciones!

-Hoy es el gran día para mi querida sobrina. Deberían felicitarla a ella–Ema irradiaba elegancia

esta noche, luciendo de muy buen humor.

-La Srta. Sánchez es la prometida del Sr. Hernández. Es probable que su boda esté a la vuelta de la

esquina, ¿no? Entonces, ¿no deberíamos felicitar a la pareja? ¡La familia Hernández está a punto de

recibir un nuevo miembro!

-Jajajaja… ¡Qué felicidad, qué felicidad!


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