Chapter 527
Chapter 527
Capítulo527
Sin embargo, este hombre herido demostró tener una fuerza sorprendente. En un abrir y cerrar de
ojos, sus profundos ojos se oscurecieron, y con un jalón repentino de su largo brazo, ella cayó
completamente sobre él. Ambos cuerpos, igualmente ardientes, se pegaron firmemente el uno al NôvelDrama.Org (C) content.
otro.
Al instante, la mano izquierda de Alejandro, que todavía tenía el catéter del suero, rodeó su cintura
delicada, y con una sola mano la atrapó firmemente contra él. Clara tenía sus ojos doblegados por
la urgencia, pero antes de que pudiera decir una palabra, un beso repentino la silenció por
completo.
Los cálidos y húmedos labios de Alejandro. frotaron lentamente los suaves pétalos de los labios de
ella, saboreando la dulce presa. En un momento, el feroz instinto de una bestia se apoderó de él, y
abrió sus labios con ansias, robando su aliento. Clara emitió un suave gemido en su garganta.
Sus manos, se contrajeron en sus fuertes pectorales, dejando marcas de vergüenza en su piel. Clara se sintió incómoda, enfadada y agraviada; los delicados sentimientos de una mujer sensible surgieron en su interior.
De repente, los ojos de Clara se humedecieron, y mordió ferozmente el labio inferior de Alejandro. Él ni siquiera frunció el ceño ante el dolor de sus labios; dejó que lo mordiera, mientras la abrazaba aún más fuerte y profundo.
Un rastro de sabor a sangre se esparció en sus bocas.
Alejandro soportó en silencio el dolor en sus labios, pero no mostró ninguna intención de soltarla hasta que la falta de aliento de Clara lo forzó a separarse de ella.
Ambos estaban emocionados, con sudor caliente perlado en sus frentes.
Alejandro, con su labio inferior destrozado por sus mordiscos, la miró profundamente y dijo: -No pienses que has hecho algo especial solo porque me salvaste. Puedo hacer lo que quiera.
-Prometiste antes-Clara le respondió mientras respiraba agitadamente, con las mejillas encendidas y lágrimas corriendo por sus ojos. No se dio cuenta de que estaba llorando y siguió regañándolo. -Dijiste que me debías un favor, que mientras no fuera demasiado, podría pedirtelo.
-Esto ya es demasiado-dijo con firmeza.
Con lágrimas cayendo, Clara exclamó: -¡Eres un imbecil! ¿Cuándo dejarás de intimidarme? ¿Ya
TEST
derecho a tocarme!
-Lamento mucho- Alejandro pronunció esas palabras con la voz áspera y apagada, y sus ojos de repente se humedecieron. Sin embargo, a diferencia de Clara, que lloraba o reía según su voluntad, y que se permitía expresar sus emociones de manera espontánea, él no tenía ese derecho. A lo largo de más de veinte años, se había reprimido en exceso, se había controlado en extremo, y ya no
sabía cómo expresar adecuadamente sus sentimientos y emociones internas.
-¿Qué estás diciendo? – Clara frunció el ceño, sus hermosos ojos se agrandaron.
-Alejandro, lamento mucho- repitió, su voz suave y firme voz. -Lamento haberme divorciado de
ti, lamento haberte dejado ir. ¿Puedes darme otra oportunidad para empezar de nuevo?
¿Empezar de nuevo? ¿Después de trece años, en los que no sabes lo que ha sucedido entre nosotros,
en los que ni siquiera sabes que perdimos a un hijo? ¿Quieres empezar de nuevo? ¿Cómo puedes
decir eso?
La expresión cristalina en los hermosos ojos de Clara se oscureció gradualmente, sin rastro de
alegría o emoción, como una perla nocturna caída en el polvo.
Al ver su expresión fría, el corazón de Alejandro se contrajo, su cuerpo se heló.
-Clara, el amor ha terminado entre nosotros, ¿entiendes lo que estoy diciendo? No tenemos futuro
juntos.
Clara tenía un brillo en sus ojos, pero no mostraba ni un ápice de emoción, su voz era fría y
despiadada. Desde el principio hasta ahora, desde que nos casamos hasta que nos divorciamos, cada paso ha sido un obstáculo, cada momento un error.